Placas de vitrocerámicas
Son las más habituales en los hogares, están compuestas por un material de hierro mezclado con otros componentes similares al vidrio que es capaz de resistir altas temperaturas.
Las placas vitrocerámicas funcionan mediante una resistencia eléctrica que calienta el foco escogido y éste distribuye el calor instantáneamente por la superficie delimitada del foco, sin extenderlo en horizontal por el resto de la placa.
Utilizan la electricidad calentando una resistencia circular que calienta una placa de cocción vitrocerámica. Tienen una eficiencia energética menor que la de las placas de cocción de inducción.
Cuentan con pilotos avisadores del calor residual, con lo que se puede aprovechar y ahorrar energía y se puede usar cualquier tipo de recipiente.
También están provistas de luces de aviso que nos indican si
la placa se queda encendida. Sus resistencias son resistentes a golpes, pesos y diferencias de temperatura.
La gran ventaja de este tipo de placa es que podrás utilizar cualquier tipo recipiente mientras tenga
una parte plana y beneficiarte del calor residual que emite para mantener la comida caliente.
Es imprescindible que las ollas que vayas a utilizar tengan el fondo perfectamente plano. Para conseguir los mejores resultados de cocción, además de usar sartenes con el fondo plano, te recomendamos que tengan un buen grosor, especialmente parar cocinar
a altas temperaturas.
No utilices nunca recipientes de aluminio, pueden producir manchas en la placa que son muy difíciles de eliminar. No uses tampoco recipientes de plástico y presta atención al utilizar utensilios de barro, la
arenilla que despenden puede rayar el cristal. Si empleas utensilios de porcelana, deben ser vitrificados.
Instalación
La correcta instalación de la cocina es determinante para el buen funcionamiento de la misma. Sigue siempre el manual de instrucciones para su instalación.
La cocina tiene que instalarse siempre a nivel, ayudándose de una guía para regular las cuatro patas. También se tiene que respetar la distancia mínima recomendada entre la encimera, el mueble y la campana, para garantizar
el funcionamiento con total seguridad.
La placa de cocción debe alimentarse. Si funciona con electricidad es suficiente una toma de corriente y por lo tanto es fácil; en cambio sí funciona con gas es necesario controlar la posición del tubo de conexión que puede variarse un poco utilizando una prolongación.
La campana extractora equipa la placa de cocción y es fundamental para que la cocina tenga una duración más larga. Los modelos clásicos de campana integrada en el mueble colgante o campana de pared tienen la salida en la pared, mientras que es de techo para cocinas con configuración de isla o península. Para las placas de inducción y vitrocerámicas, en las cuales no hay llama, es posible considerar también la campana escamoteable en la encimera, colocada detrás, al lado o hasta integrada en la placa de cocción.
La placa de cocción debería encontrarse cerca del horno para crear una sola zona de cocción y tener por ambos lados unas encimeras para apoyar y trabajar. Aún mejor posicionarse para que sea natural pasar desde el fregadero, a la encimera de trabajo, a la placa de cocción hasta las columnas con horno y despensa. De esta forma se facilita a quien cocina permitiendo movimientos naturales y eficientes.
La solución angular, más utilizada en las cocinas clásicas que en las contemporáneas, en general no se recomienda porque necesita utilizar en una posición particular un mueble bajo con la parte superior dejada vacía para la instalación de la placa de cocción, haciendo deslizar la unión de 45° del ángulo precisamente hacia la placa, aumentando así las posibilidades de infiltraciones de agua y vapor.
Para aumentar la duración de las columnas, es mejor no colocar sus costados al alcance de salpicaduras de alimentos y vapor excesivo. Se recomiendan como mínimo 30 cm de distancia.
Detrás de la placa de cocción y posiblemente al lado si se encuentra en posición angular, es necesario colocar un respaldo, que puede tener distintas alturas, para tener una superficie fácil de limpiar de las salpicaduras, inevitables mientras se cocina y para proteger la pared de los vapores.
Quedan rechazados todos los productos mal instalados, sin la ventilación adecuada, la ventilación en este tipo de aparatos es crucial para su funcionamiento y prolongar su vida útil.
Pequeñas averías y mantenimiento
Como siempre en Infiniton te echamos una mano con tu placa para sacarle todo su partido. En algunas ocasiones te pueden surgir algunas dudas sobre su mantenimiento o pequeñas averias que tú mismo puedes resolver.
En primer lugar, revisa que la corriente eléctrica llega a la placa correctamente. Después, comprueba que la ficha de alimentación eléctrica funciona correctamente. Si no es así, ponte en contacto con un especialista. Hay que comprobar también que el diferencial y la tensión del enchufe no presentan ningún problema. Si tras estas comprobaciones tu vitrocerámica sigue sin funcionar, contacta con nuestro Servicio Técnico Oficial.
Este pitido procede de la alarma de seguridad y puede deberse a varios motivos:
Aparece cuando presionas durante un largo tiempo una de las señalizaciones. Transcurridos unos diez segundos aproximadamente la placa vuelve a funcionar de forma normal.
La alarma se dispara también cuando hay un recipiente o un trapo húmedo sobre el área de control. Puede ocurrir cuando limpiamos la zona.
Si el pitido persiste, contacta con nuestro Servicio Técnico Oficial
Compruebe su instalación para cerciorarse que ha realizado las conexiones correctamente, asi como su instalación eléctrica, si aun así sigue sin funcionar, póngase en contacto con el servicio técnico.
Debes asegurarte de que no estás utilizando más potencia de la que tienes contratada en tu vivienda. También comprueba que la instalación este correctamente.
Si esta todo correcto, contacta con nuestro Servicio Técnico Oficial.
Asegúrate que la placa está fría, y no utilices productos que puedan dañarla, como estropajos metálicos o productos abrasivos.
Haz una primera limpieza con agua y jabón líquido. Puedes ayudarte con una rasqueta de vitrocerámica para eliminar restos pegados. Usa un paño húmedo para retirar estos primeros restos.
A continuación, usa un limpiador para un acabado brillante. Aplica, extiende y retira el producto con un paño húmedo y papel de cocina. Ya tienes tu placa limpia y preparada para seguir cocinando.
Límpiala con regularidad, mejor si es después de cada uso. La suciedad se acumula y, por muy pequeña que sea, se quema cuando vuelves a poner la vitrocerámica en marcha, y esto le resta eficacia.
Las cacerolas y sartenes utilizadas no deben tener fondos rugosos, ya que estos pueden rayar la placa de cocción. No se debe tampoco preparar ninguna comida en láminas ni en recipientes de aluminios o de plástico; si utilizas este tipo de materiales puedes deteriorar el cristal de tu placa e incluso perder la garantía. Los fondos de olla o sartenes, así como las zonas de cocción que se vayan a utilizar deberán estar limpios y secos antes de usarlos.
El cristal cerámico es muy duro, pero frágil. Los impactos producidos por objetos que caigan sobre el cristal pueden romperlo. Intenta evitar colocar objetos que puedan caerse sobre la placa. Las esquinas del cristal son más delicadas. Ten cuidado sobre
todo con los golpes de ollas, tapas y otros utensilios en estas áreas.
Tampoco utilices productos que puedan dañarla, como estropajos metálicos o productos abrasivos, pueden estropear, rayar e incluso eliminar el brillo de la placa. También debemos evitar los limpiadores que contienen
amoniaco o cloro, los más abrasivos o inflamables y los productos para lavavajillas.
Utiliza recipientes con el mismo diámetro que la zona de cocción y colócalo lo más centrado posible. No olvides utilizar tapas para cerrar las cacerolas y evitar así alargar los tiempos de cocción.